SABIN

Poemaren testuingurua poema berberean aurkituko duzu...

Leihotik begiratzea baino ez daukat
zure herrian ezin nagoelako izan
nahiz eta zu ez izan.
Pentsatzen jartzen naiz...
eta orduan eguzkiak
diztiratsuago esaten dit arratsalde on.

Eta ardien zaratak datozkit burura
eta gaztaiaren usaina
eta zure Axpe kuttuneko gatzatua
nire aitarentzat jaki sakratua.

Y en español también
que por esas cosas…
por cosas de nuestra tierra
sin o con razón,
muchas veces nos hablábamos
en esta otra lengua.
Y reíamos en la lengua de todos;
la de la alegría.

Hoy la hierba tiene algo de especial
de más verde
y los desafíos a la lautada
parecen más hermosos;
como cuando los veía contigo
y compartíamos un paseo
por la falda del amboto
sin refajos ni polainas
ni ninguna otra vaina.

Y huele a nueces y a castañas
en mi desgastada memoria
y te veo mirar a lo lejos,
como los magos
como Mikel Laboa;
no se si por la txapela
o por los pocos cabellos blancos
o por la suave piel de tus manos.
No me gusta hablar en pasado.

Y escucho a Benito decir-
“hilezkor izan nahi duzu,
eta hilezkor zara bihotz guztietan”-
coincidencias de la vida
rotas por la muerte. Rotas para siempre.
Menos en mi corazón,
donde resuenan muchas lágrimas
al darme cuenta
de que ahora no te veré…
porque el que te has ido eres tú
por una vez, no me he ido yo.

…y Benito canta…“hitaz oroit, ta higana,
udazken koloretan”-
parece que he elegido el disco
con premeditación….
o “betikotasunaren irria zirudik”.

Y recuerdo bicicletas
y a Chiapucci
y apuetas
y siestas
después de subir por vuestras escaleras
y olor a puro de San Mamés
con aita y contigo de la mano.

Y leo en mi hipocampo,
escrito borroso en la retina
de una baldosa algo así como
regla número 1:
el jefe siempre tiene razón
regla número 2:
en caso contrario,
se aplicará la regla número 1.

Y se me inundan los ojos de lágrimas
y me viene la flojera en las piernas
y te oigo decir
que estás hecho un cristo.
Y me esfuerzo por recordarte
aunque me duela
y me cueste respirar
se que merece la pena
aunque me inunde la pena
de tu falta
solo me queda mirar por la ventana.
Y seguir queriéndote
a mi manera
como siempre
y pretender que sigues cerca
y vernos todos más jóvenes,
al pie de un cuadro del tio Ramón.




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