Hoy no me va a importar
que esto no lo lea nadie
lo que importa
es lo que me ha empujado a escribirlo
esa palabra de solo cuatro letras
es lo único que debe importar
gracias a marta
hoy estoy un poco más cerca
Hoy he abierto el Baga bastante mojado. Acelerado. He pensado que lo iba a volver a cerrar, porque hace días que vengo pensando en hablar de ella desde aquí, desde detrás de la barra. Así que eso he hecho. He bajado la persiana, he cerrado la puerta y he encendido las luces pequeñas de la barra. Me he puesto una cervecita bien fría. Es lo bueno que tiene ser medio belga. Grimbergen Blonde, 33 cc. Y son las cinco y diecinueve- qué raro se me hace escribir números!- de la tarde. El Baga los miércoles abre tarde.
Y me he puesto a escribir. Escuchando el viento golpeando la cristalera. Las txalupas chocando unas con otras. El ruido de un mar que hoy no es azul. La lluvia limpia las calles de gente. No queda nadie paseando por el muelle de Txatxo. Seguro que Xabi ha pillado un par de buenas nubes.
Podría simplemente poner
un link y decir algo así como pinturas, murales, ilustraciones, tablas, tatuajes… Marta. Y
largarme. Como hago con el resto.
Con ella no puedo ser tan escueto. Porque
Marta no es como el resto. Con ella he necesitado escribir una novela. Porque Marta es de esas personas que se merecen una novela. Por lo menos una. Yo me estoy haciendo escritor con esa novela, poco a poco, letra a letra; donde Marta es Mirta; donde el Baga Biga existe de verdad.
Marta es una artista. martista. Eso no es ficción. Eso es tan real como tú y como yo. Bueno, tan real como yo; porque tú no sé. martista, con minúsculas… porque su talento no es brabucón, porque Marta es humilde. Como su padre, el Sr. Miguel. Marta es una luchadora como su hermana Susana. Marta es una guerrera. Marta es una macarra como su madre y la madre de esta; su abuela María, toda una experta en micro y macroenonomía. Pero dejemos a su familia en paz.
Marta es auténtica. Marta es pintura. Por fin se ha dado cuenta de que la vida le ha dejado sin nada para que pueda pintar. Eso es fácil decirlo para mí, porque yo no soy ella. Solo puedo llegar a imaginar lo duro que tiene que ser vivir sin nada ni nadie, sin tener más posesión que tu propia fuerza. Menos mal que Marta con eso puede llenar el océano de un azul que avergüence a Neptuno y a Zeus. Sean el mismo o no.
Suena muy artístico verdad? muy de museo de arte moderno, no? No creo que sea tan artístico, ni tan moderno levantarte todas las putas mañanas sabiendo que solo puedes contar contigo mismo. El arte y su submundo pueden ser muy pijos… te garantizo que Marta es justo es negativo de esa foto de mierda. Poco a poco me voy dando cuenta de que todo es relativo. Marta no. Marta es de verdad.
Marta me ha enseñado a perseverar. Me ha enseñado a que los sueños no son para los soñadores, son para los que los realizan. Me está ayudando a depurar, a sacarle brillo a todo. Para sacarle brillo a las cosas, hay que frotar. Porque Marta no guarda muchos apuntes, y apenas algún boceto y esbozo… Cuando Marta pinta algo y no le sale a la primera, no se pone a corregirlo. Le da la vuelta a la hoja. Coge otro cartón marrón del suelo. Limpia la pared y empieza de nuevo.
Estoy convencido de que un día leeré –
arrogante de mierda que soy- un texto de algún buen escritor frente a mucha gente en la inauguración de una exposición del trabajo de Marta. Elegiré algo de Hemingway, o algo de Joyce. Porque creo que ese día solo podremos celebrar lo auténtico y brindar por la tenacidad. Por eso y por haber sido fiel a una ilusión. Para Marta luchar por su sueño no es solo su única oportunidad para ser feliz, es su obligación.
Marta ha elegido pintar, sola. Solo eso. Pero no está sola… Marta puede contar conmigo. Y con otras muchas personas más. Aunque le cueste confiar en ellas. Todas esas personas que llenarán de miradas lisérgicas y de bocas abiertas brillantes que dibujen sonrisas cualquier espacio que Marta ilumine con sus naranjas, con sus marrones, con sus azules, con sus
volúmenes… con los ojos, con las manos, con las mujeres, con las medusas, con las sirenas, con los niños, con las miradas, con los labios. Y vendrá Jimmy. Y vendrá Henry. También vendrá Miles.
Si no me crees, espera y verás. Me voy a abrir, que se me hace tarde, aunque con la que está cayendo creo que sería mejor seguir escribiendo.