ARTISTAS

Artistas (con)sangrados
artistas que sangraron

Los amamos

los admiramos,

los odiamos

los envidiamos.

Las deseamos,

las matamos,

las compramos.

La gente las gasta.

Los artistas. Las artistas.

Son ellos, son ellas.

No eres tú.

Son otros. Aquellas de allí.

Nos recuerdan

que podemos cambiar

que podemos tener otra vida.
Esa es su labor social.

Nos incitan, nos excitan
nos inspiran

nos retan, sin saberlo,

sin quererlo. Eso dicen.

Nos dejan pensar

nos traen la belleza

en bandeja de plata.

Nos provocan

nos inundan de sangre.

Nos escupen, nos limpian.

Se desahogan. Nos ahogan.

Nos oprimen, nos suicidan.

Se vacían. Nos llenan.

Vas a bailar a un concierto

por 65 euros

mientras ellos ganan 20 mil.

20 millones.

¿qué más da?

Dicen que el precio de la fama

es muy alto… mucho más alto.

Muchos pasaron hambre,

ahora solo comen caviar

langosta a veces.

Beben champagne, no champán.

El de verdad.

Es difícil reinventarse, dicen.

Es difícil seguir fiel a uno mismo.

Fotocopian Monalisas

las pintan con espray;

venden libros y exponen.

Millones.

Exposiciones.

Nadie se avergüenza.

Son ellos los que exhiben

Tienen que estar por encima

de todo y de todos

para poder ser libres.

Conjugan la palabra pedante

circunscrita a viejas deidades.

Son ellos los que hacen

las preguntas;

filósofos modernos

que cortan una botella

de fanta o una raya de coca

la ponen sobre la mesa.
la botella de plástico es para ti.

Nadie hace preguntas.

Antes se morían de hambre

ahora a veces nos matan.

No los entiendes ¡pues mejor!

Terminarán antes en museo.

Podrán retirarse

a fumar opio al Nepal.

Tan cerca del cielo.
A hacer documentales sobre
audaces buscadores de ochomiles muertos.

Tú no. Tú vivirás en el infierno.

Ya veremos donde vas cuando

se te acabe el tiempo.

Aunque solo te importe

que se te acabe el dinero.

Argazkia. London. Oierrekin batera emozioak tupusten egondako egunotakoa...