2012-12-07

QUIZÁS, QUIZÁS… Y ZAS!


Ayer vi a un hombre mayor
que me recordó quien fui;
dos buenas botellas
de tinto francés del sur
trufas de chocolate,
caviar, jamón
algo que he olvidado
y flores de supermercado.
La lista del cortejo,
el epílogo del amor
no correspondido.

Mientras pagaba orgulloso
me fijé
en el brillo nervioso de sus ojos
como si tuviera veinte años
ansioso de desnudarla
de mirarla de verdad
por primera vez.

Se fue rápido,
sin hacer ruido
la cajera me sonrió cómplice
desconocedora
de todos los finales tristes.
Metí las cosas corriendo
en las bolsas de cartón.
Pagué. Me fui sin mirarla.
Melancolía
mezclada con ganas de venganza.

Hoy viernes noche
el hombre llegará
a casa de su amada
y será rechazado
una vez más.
Sentado en el sofá
mirará al suelo
se sentirá imbécil
pretenderá que no pasa nada
seguirá sonriendo
mientras se parte por dentro
ella no sabrá qué hacer.

Antes complicidad
ahora complicado.
Incómodos ambos
se despedirán para siempre
porque los amantes frustrados
no pueden ser sólo amigos.

Él se acostará desnudo.
Pensará
que mejor solo
que lleno de dudas.
A pesar de la gastada canción
-que me perdone Osvaldo-
nunca le gustaron los quizás.

A mi tampoco.


No hay comentarios: