El viernes se bajó del bus
que había tomado
horas antes en Londres.
Llegó a una ciudad
gris, fea y disfuncional
que nadie quiere visitar.
Es la cuarta o quinta vez
que viene,
he perdido la cuenta.
Una de las pocas cosas
que me gusta extraviar.
Llegó sin guitarra
esta vez libros y regalos
metidos en una mochila naranja
con algo de ropa.
Se quitó la chaqueta
se puso la sonrisa
de oreja a oreja.
Trabaja hasta muy tarde
pero me escribe
antes de acostarse.
Acaba de volver de Luxemburgo
de Washington DC, de NY…
solo lee lo que le apetece
no hace casi nada por obligación.
Un día hará una tesis
ahora organiza ensayos clínicos
mientras cuida de embarazadas
con enfermedades raras
con una bata blanca.
Cada vez tiene menos acento
pero sus apellidos
delatan su inmigración.
Él tampoco
tiene un lugar
al que puede llamar casa.
Comer un buen salmón ahumado con él
-seguido de quesos y chocolates inmejorables-
no es un acto burgués.
Tampoco vaciar una vieja botella
de Marqués de Riscal.
Un viejo reserva
para dos viejos camaradas
que se ríen del clero
y a los que
la sola idea de la nobleza
mata de risa.
Un par de loosers con gracia.
Te habla y te escucha
con igual intensidad.
Se sienta en tu sofá
le saca chispas a la fénix
haciéndola sonar como
su hermana mayor.
Esta vez no pienso estropear
sus melodías prohibidas
con mi escasa voz de mariquita.
El optimismo ya tiene banda sonora.
Las expectativas
se esconden humilladas,
dejan paso a los actos.
Planes concretados
proyectos, ideas, mapas
sinceridad y desparpajo.
Libertad al fin y al cabo.
Tan pronto me cumple un deseo
como me regala un nuevo sueño,
juega con mis hijos de verdad
hace reír a mi mujer con ganas.
Evita que nos perdamos con el coche
en la pegajosa lluvia
de farolas apagadas.
Mis amigos italianos
lo adoptan
entre pecorinos,
prosciuttos y peperoncinos.
Capisce
tutto lui!
lo (ad)miran asombrados y divertidos.
Il
comprends tout
se lo rifan las mujeres
sin apenas conocerlo.
Mientras él,
parece no darse cuenta.
Parece que tiene algo roto
cuando mira nostálgico
a un pájaro carpintero
entre las, sis, res y mis
un domingo por la tarde
sentado en un sofá de cuero
mirando por una ventana de aluminio.
Después me da una clase de moral
y una lección de vida.
Como si nada.
Como si nada.
No. No es un amigo imaginario.
Existe. Es.
Existe. Es.
Artesano de los que no quedan.
Talento y trabajo.
Quiere y puede y hace.
Es un amigo.
De los pocos que están
cuando los necesitas.
Hermano bastardo
que sin vínculo de sangre
siempre aparece tras la esquina
y te lo hace todo más fácil.
y te lo hace todo más fácil.
Imaginar hasta donde va a llegar
el último mohicano bardo
me llena de una emoción
que sólo puedo llamar alegría.
La posibilidad es excitante.
La fe es cosa de cobardes.